De este tema se ha escrito mucho, muchísimo diría yo. Quizá no siempre con el mismo acierto (yo el primero) ni con la suficiente o necesaria honestidad científica.
Tradicionalmente, o quizá deberíamos decir "según establece esa ley no escrita", en el mundo del refuerzo de estructuras de madera, los "puristas" (entre los que atesoro grandes amigos e incluso algún mentor) siempre han considerado que la madera, con madera se arregla.
Las razones no habría que buscarlas mucho, pues la propia mecánica de los medios "continuos" (que en realidad no existen aunque este es otro tema) establece que diferentes materiales comportarán diferentes módulos de elasticidad y, como ya sabemos, poner de acuerdo a personas con costumbres muy diferentes no es tarea fácil.
Podríamos decir que esa "ley no escrita" establece que los materiales con los que se refuerza la madera son más idóneos cuanto más semejanza "estructural" guarden con la madera que refuerzan.
Esto no es muy diferente a cualquier combinación de materiales que se pretendan unir para que trabajen juntos desde un punto de vista tensional. Lo que ocurre es que la madera, más que un material es un estado vegetativo, nunca mejor dicho, cuyo comportamiento es impredecible en tanto en cuanto lo analicemos desde el punto de vista estadístico.
Dicho de otro modo, lo que ocurre es que la madera no ha sido diseñada ni fabricada en un laboratorio por lo que las personas responsable de las decisiones de qué materiales han de emplearse en las estrcuturas, generalmente, no confían en este manterial. Como si el acero o el hormigón fueran muy de fiar, llegado el caso.
Por otro lado, el coste del refuerzo es directamente proporcional a lo similar (estructuralmente hablando) que sea el material de refuerzo con respecto a la madera que se pretende mejorar o reforzar, con algunas excepciones provenientes de la ingeniería química, como las resinas.
En esta época de concienciación mediamabiental y ecológica cabe, más que en otros momentos pasados, la cuestión de si estamos siendo responsables con los sistemas de demolición indiscriminada de forjados de madera para sustituirlos por materiales supuestamente más fiables...
Todo ello sin contar las consecuencias que para un edificio plantea las demolicones de forjados, tanto de cara a las viviendas implicadas como a la estabilidad de los muros de carga del propio edificio.
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Bilbiografía:
Gonzalez-Bravo, C.: Rehabilitación sostenible en la recuperación de forjados de madera. Revista DETAIL. Nº 1. 2011. pp. 78-81.
Gonzalez-Bravo, C.: Reparación de forjados por la cara superior. Revista ARTE y CEMENTO. Nº. 2117, 2010 , pág. 64. ISSN 0212-8578.
Gonzalez-Bravo, C.: Recuperación de forjados de madera mediante refuerzos y prótesis metálicas. Revista CERCHA del Consejo General de la Arquitectura Técnica de España. Nº 101. Octubre de 2009. pp. 76-81.
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